Con el paso de los años, los dispositivos de almacenamiento de datos han evolucionado: de los antiguos disketes pasamos a los CDs, DVD y Blu-Ray, además de soportes como memorias USB, tarjetas de memoria, discos duros externos y por supuesto, la omnipresente nube. Pero pocos dispositivos ofrecen la misma capacidad de almacenamiento y seguridad que la que ofrecen los discos duros externos.
Por qué comprar un disco duro externo en la época de la nube
El papel ha dejado paso a lo digital y es por ello que contar con un dispositivo de almacenamiento adecuado es imprescindible para la productividad de nuestro negocio pero también para su seguridad. Ningún tipo de dispositivo está libre al 100% de ataques informáticos y es por ello que la estrategia a seguir por toda empresa debería ser contar con almacenamientos redundantes entre sí, que a pesar de un ataque imprevisto permitan seguir trabajando con normalidad.
Muchas empresas se han pasado a día de hoy a la nube, ya sea la de Google, Microsoft, Apple, Amazon o cualquiera otra, pero con tener todos sus archivos en la nube no es suficiente, es necesario contar con una copia local, sincronizada en todo momento, para que un apagón de internet o que cualquier motivo que provoque la no accesibilidad a los datos no deje a una empresa parada.
Para tener esa copia local de todos los archivos, es necesario contar con dispositivos locales de gran capacidad de almacenamiento. Además, es conveniente que esos dispositivos sean portátiles, de modo que se puedan conectar a cualquier ordenador para trabajar con ellos. Y el único dispositivo con una gran capacidad de almacenamiento y portátil son los discos duros externos.
Con capacidades que llegan a varios terabytes, los discos duros externos permiten la sincronización automática con las distintas nubes, de modo que todo lo que hagamos en ellas, o al revés, quede almacenado por igual en ambos lugares. Además, la conexión que emplean los discos duros externos ha ido evolucionando y gracias al USB 3.0 que usan la mayoría de ellos la velocidad de transferencia de datos ha crecido hasta multiplicar por diez la velocidad del USB 2.0.
Qué tener en cuenta a la hora de comprar un disco duro externo
A la hora de elegir un disco duro externo hay varios puntos relevantes a tener en cuenta. El primero sin ninguna duda es el almacenamiento. Los más pequeños suelen contar con 500 GB, pero puedes encontrar modelos con varios terabytes, hasta 14 TB. La capacidad necesaria siempre dependerá de las necesidades de cada uno, por lo que consulta cuál es la cantidad de datos que manejas habitualmente y hazte con un disco duro con más capacidad, para evitar que se te quede pequeño en cuestión de días.
La interfaz de conexión es otro de los puntos vitales a la hora de elegir disco duro externo. La conexión a evitar es la USB 2.0, ya que con las altas capacidades de los discos duros actuales, su velocidad es demasiado lenta. Si no quieres esperas eternas a la hora de volcar datos en cualquier dirección, apuesta por conexiones con USB 3.0, USB 3.1 o incluso Thunderbolt, la conexión más rápida a día de hoy.
Otra decisión importante está entre recurrir a un disco duro tradicional, de disco, o los más modernos SSD. Estos últimos destacan por tener un consumo energético inferior y tasas de transferencia más rápidas. La adaptación de los SSD a dispositivos portátiles es bastante reciente, hasta no hace mucho solo se emplean como discos duros internos, por lo que su precio sigue siendo superior a los discos duros tradicionales.
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